Mientras reflexionamos sobre la resurrección de Jesús, mantenemos nuestro compromiso con la salud y el bienestar de las comunidades vulnerables de Venezuela. Con cada paso hacia la Pascua, llevamos la luz de la esperanza a quienes más la necesitan

Durante estos días sagrados, nos sumergimos en la reflexión y la oración para pedir por los enfermos y aquellos que más lo necesitan. En medio de las tradiciones religiosas y culturales que caracterizan a la Semana Santa en Venezuela, desde AVESSOC recordamos la importancia de extender una mano solidaria hacia nuestros hermanos y hermanas que luchan contra la enfermedad y la adversidad y nos esforzamos por ser un faro de esperanza y cuidado compasivo.

«Para los cristianos de todo el mundo, la Semana Santa representa el momento sagrado más importante del año litúrgico, porque como saben, recordamos y conmemoramos los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, y decimos que son misterios, porque encierran el sentido trascendente – que va más allá de nuestros sentidos y entendimiento – de la vida misma.

Dios, en su misericordia, se ofrece en sacrificio por nuestra salvación. Es el regalo más grande de amor que hemos recibido; y desde nuestra condición de hijos, recibimos este regalo con profunda admiración, respeto y decoro, que implica vivirlo en silencio y oración», comenta Luis Márquez Jiménez, director de Pastoral – AVESSOC.

En un país donde el acceso a la salud es un desafío diario para muchos, convertido en vía crucis, mantenemos nuestro compromiso de brindar servicios médicos de calidad a aquellos que enfrentan dificultades económicas y sociales.

Cada día de esta semana sagrada nos invita a reflexionar sobre nuestro compromiso con los más desfavorecidos. Desde el Domingo de Ramos, cuando recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, hasta el Viernes Santo, marcado por la crucifixión y muerte de Jesucristo, cada momento nos insta a abrir nuestros corazones a aquellos que sufren y a ofrecerles nuestro apoyo incondicional.

El período sagrado del cristianismo transcurre desde el Domingo de Ramos, día de la llegada de Jesús a Jerusalén, pasando por el triduo pascual que van desde la tarde del Jueves Santo hasta la mañana del Domingo de Resurrección. Debido a que el calendario judío y la Pascua no se coordinan exactamente con una sola fecha en el calendario moderno, las fechas de la Semana Santa son variables, y este año, se celebrará del 24 al 30 de marzo.

El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa en Venezuela con la bendición de palmas y procesiones recordando la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén. El Miércoles Santo se destaca por la procesión del Nazareno, vinculada a la curación de una epidemia, donde los fieles visten morado y pagan promesas por favores concedidos, especialmente relacionados con la salud. El Jueves Santo se realiza la visita a siete templos para adorar imágenes de Jesús, mientras que el Viernes Santo destaca por el Vía Crucis, que representa la Pasión y Muerte de Jesucristo. Finalmente, la Quema de Judas, el Domingo de Resurrección, simboliza la traición sufrida por Cristo.

Sea cual sea la tradición que cumplas, la Semana Santa es el tiempo ideal para meditar sobre tus acciones y los cambios que debes realizar para acercarte más a Dios. Así trabajamos en AVESSOC, porque entendemos que el cuidado de la salud va más allá de la medicina; es un acto de compasión y solidaridad que puede transformar vidas. Desde la prevención y el tratamiento de enfermedades hasta el acompañamiento espiritual, nuestro objetivo es brindar una atención integral que restaure la salud y renueve la esperanza.

«San Pablo dirá en la segunda carta a los Corintios: “llevamos un tesoro en vasijas de barro para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros” (2 Cor, 4-7). Y es que el apóstol nos recuerda que, por nuestra dignidad de hijos, Dios Padre se manifiesta en su grandeza, pero también nos recuerda que esta dignidad es frágil, sencilla y delicada como una vasija de barro. La Semana Santa nos recuerda eso: la fragilidad y delicadeza de la vida, el amor incondicional que no se queda en el silencio estremecedor de la muerte, sino que resurge y brota resplandeciente en la luz de la Resurrección. Esta imagen me lleva a pensar en las personas que sufren una enfermedad, que se encuentran en la soledad de una cama de hospital, o en aquellos abuelos que viven en casas de acogida, pienso también las personas privadas de libertad, en los migrantes y las personas que son víctimas de trata o de otras formas de violencia, pienso en muchos otros que viven sus propios viacrucis, viven la Pasión del Señor en carne propia. Pedimos a Jesús Nazareno que pase – haga pascua – en nuestras vidas y sea el cirio que ilumine nuestras tinieblas», agrega Luis Márquez.

Por eso, en esta Semana Santa invitamos a nuestros centros afiliados a vivir las celebraciones de la Pascua con profunda devoción y acercar estas tradiciones hasta nuestros hermanos enfermos para que ellos también puedan vivir y recordar los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor en los espacios de nuestros hospitales, centros de salud y experiencias comunitarias.

«Desde AVESSOC nos unimos en oración con todos los cristianos del mundo para esta fuerza sublime y trascendente nos movilice a trabajar y acompañar a quienes más lo necesitan en estos tiempos de dificultad, encontrándonos con la vida – que es Jesús – que brota en medio de nuestro desierto», puntualizó nuestro director de Pastoral.