Centros de salud afiliados a nuestra red, personas de la vida consagrada, familiares de enfermos y cuidadores se dieron cita el sábado 11 de febrero de 2023 en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria en Caracas para escuchar a expertos y elevar sus oraciones por el bienestar físico y espiritual de los más necesitados de Venezuela y el mundo

El sábado 11 de febrero de 2023 se celebró la trigésima primera Jornada Mundial de Oración por los Enfermos bajo el lema «Cuida de él, la compasión como ejercicio sinodal de sanación».

Rumbo a nuestros 21 años de historia y de trabajo en pro de la salud en Venezuela, desde AVESSOC realizamos una jornada que incluyó charlas de expertos y una celebración eucarística destinada a motivar y acompañar a enfermos y convalecientes, así como a aquellos que les brindan apoyo físico y emocional.

El encuentro se llevó a cabo en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria en Caracas desde las 10:00 a.m. hasta las 12:30 p.m. y giró en torno a humanizar la salud desde dos dimensiones fundamentales: la espiritual y la médica.

Representantes de centros afiliados a nuestra red, de organizaciones del área de la salud y abocadas al servicio de los más vulnerables, personas de la vida consagrada, familiares de enfermos, cuidadores y público en general, se sumaron a esta celebración con el objetivo de escuchar reflexiones de expertos del mundo pastoral y de la medicina, así como para manifestar empatía con quienes padecen alguna enfermedad y sus acompañantes de vida.

La primera charla, «Humanizar desde el cuidado espiritual de los enfermos», estuvo a cargo del Padre Alexander Quintero, quien comenzó su discurso resaltando la carta del Papa Francisco en el marco de la XXXI Jornada Mundial por los Enfermos y con unas sinceras palabras propias:

“Siempre le digo a mis parroquianos que la mayor bendición que una persona puede tener es tener a su papá, a su mamá y a los abuelos, un poco enfermos, pero vivos; siempre y cuando no vivan con nosotros, o siempre y cuando los cuide un hermano. Digo esto con tal dureza porque es pesado cuidar a alguien. Podemos tener mucho amor, sentir empatía por esa persona, pero un día tras otro atendiéndola no es fácil; hay un desgaste espiritual, personal e incluso físico que siempre obviamos”, afirmó.

En ese orden de ideas, se refirió a la parábola del buen samaritano para hacer reflexionar a los presentes: “Hay un personaje que pasa por debajo de la mesa en esta historia y que hoy me gustaría resaltar: el dueño del hostal, el posadero. El samaritano hizo bien, recogió a aquel hombre, lo curó pero se fue y lo dejó. Aquel hombre tuvo que asumir una responsabilidad que no le correspondía, cargar consigo un peso que no es suyo. Si nos metemos en su corazón y en su mente, lo primero que podríamos pensar es: él actúa así porque le está pagando, le dejaron comida y medicinas”, contó.

Frente a este argumento, el Padre Quintero cerró su charla compartiendo otro punto de vista: “El cuidar a los enfermos es un trabajo que requiere un salario y muchas veces no va a venir de parte del enfermo o de la familia, a menos de que nuestro trabajo remunerado sea ese. El pago principal viene de Dios misericordioso”.

Por su parte, Yaneth Rincón, representante de Cáritas de Venezuela, presentó sus consideraciones en torno a la temática «Humanizar la salud desde la dimensión médica». La doctora partió de la premisa de que “si hablamos del proceso de humanización, prácticamente hablamos de un proceso de cuidado” e insistió en que “en la medida en que nos vayamos cuidando los unos a los otros, seremos más humanos”.

De igual manera, recordó la carta del Papa Francisco, quien en esta ocasión con sus palabras oró — no solo por enfermos, sino por sus familiares, cuidadores e incluso, por los investigadores— y nos hizo cuestionarnos cómo tratamos y cómo sentimos a los demás. En ese contexto, comentó que “el humanizarnos tiene que ver con el acompañamiento, con conectarnos, porque en el camino de la humanización y de ser compasivos, tenemos que mover nuestros sentimientos. Sin embargo, por protección o en defensa personal, nos hacemos indiferentes y es el primer pecado que denuncia el Papa Francisco: la globalización de la indiferencia”.

En torno a todos los avances de las ciencias, la doctora Rincón afirmó que debemos reconceptualizar la enfermedad. “Si la entendemos como se está entendiendo ahora, desde la psiconeurobiología, entenderemos que lo que pensamos y lo que sentimos puede alterar nuestra biología interna y hacernos más propensos a la salud o a la enfermedad. Muchas veces lo que le decimos al paciente o al cuidador termina enfermándolos más que el mismo diagnóstico”.

Con estas reflexiones y una eucaristía por los enfermos de Venezuela y el mundo cerramos nuestra celebración en el marco de la XXXI Jornada Mundial por los Enfermos. Te invitamos a mantenerte atento a nuestras redes sociales en Instagram, Facebook y Twitter para formar parte de próximas iniciativas.

Desde AVESSOC, seguiremos abordando la salud integralmente.