En 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamó el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson, en honor al aniversario del nacimiento de James Parkinson, un neurólogo británico que, en 1817, descubrió lo que en aquel tiempo denominó parálisis agitante y que, hoy en día, conocemos como enfermedad de Parkinson. 

Pero, ¿qué es en realidad el Parkinson? 

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se trata de un trastorno neurodegenerativo de inicio gradual, caracterizado por afectar las capacidades motoras del paciente, principalmente. El daño aparece cuando las neuronas de la zona denominada “sustancia negra” del cerebro, detienen su producción de dopamina -una hormona que regula el control adecuado del movimiento-. 

Es una condición crónica y afecta de diferentes maneras a cada quien; su evolución puede ser muy lenta en algunos pacientes, y en otros con mayor rapidez.  

Su diagnóstico no es sencillo. Por una parte, el médico debe seguir estrictos criterios clínicos, como los que ha elaborado el Banco de Cerebros de la Sociedad de la Enfermedad de Parkinson del Reino Unido (OPS, 2006); por la otra, el paciente debe someterse a una serie de análisis en cuanto a su sintomatología y realizarse distintos exámenes especializados. 

Sin embargo, no es una enfermedad mortal, lo que significa que el individuo no va a fallecer a causa de la misma (Asociación Parkinson Madrid, s.f.). 

¿Qué síntomas característicos se pueden presentar? 

Tal como se mencionó antes, los síntomas aparecen de forma progresiva y particular, afectando zonas como las manos, los brazos, las piernas y la cara; después se extiende a todo el cuerpo. 

También está asociada con una variedad de síntomas no motores, los cuales son, actualmente, uno de los retos más difíciles que enfrenta el gremio médico cuando se debe tratar una enfermedad de evolución prolongada como esta (OPS, 2006). 

En términos generales, una persona diagnosticada puede presentar:  

  • Temblores lentos y rítmicos.  
  • Rigidez muscular. 
  • Lentitud de movimientos voluntarios y automáticos. 
  • Torpeza al manejar objetos.  
  • Falta de expresión facial.  
  • Escritura lenta y pequeña (micrografía). 
  • Inclinación del tronco y de la cabeza hacia delante.  
  • Anomalías al andar. 
  • Trastornos del equilibrio. 
  • Trastornos del sueño. 
  • Trastornos del ánimo. 
  • Dolor muscular o articular. 
  • Estreñimiento. 
  • Fatiga. 
  • Problemas para controlar la orina. 
  • Hipotensión.  
  • Entre otros… 

Es importante recalcar que, dado a la lentitud con la que aparece la sintomatología, el paciente y su familia tienen la posibilidad de adaptarse gradualmente a la situación. Además, controlarla es un proceso dinámico que necesita tiempo, por lo que una buena comunicación entre el paciente y los profesionales de la salud es primordial, al igual que un buen cumplimiento de las medicaciones prescritas (Asociación Parkinson Elche, s.f.). 

¿Existe algún tratamiento o cura? 

No. no hay una cura para el Parkinson. Pero, algunos síntomas pueden tratarse con medicamentos o acudiendo a terapia especializada. Aunque, esto dependerá de la evolución que tenga la enfermedad y cómo reaccione ante esta quien la padezca; no hay un tratamiento estándar o “mejor” que se pueda aplicar por igual a todos los pacientes (Parkinson’s Foundation, s.f.). 

Si alguien ha sido diagnosticado, ¿qué debe hacer? 

Lo recomendable es preparar un plan de acción y cuidado, bajo la tutela de un doctor de confianza, que pueda contemplar aspectos como:  

  • La evaluación de un neurólogo para un análisis completo de los síntomas. 
  • La evaluación y atención de un terapista ocupacional, terapista físico y/o terapista de lenguaje. 
  • Consultas con un trabajador social. 
  • Rutinas de ejercicio para retardar el avance de síntomas más severos. 
  • Comunicación habitual con familiares, amigos, o quiénes puedan brindar el apoyo necesario. 

Según cifras oficiales de la OMS, este es un trastorno universal, con una tasa de incidencia anual de 4,5 a 19 por cada 100.000 habitantes. Asimismo, la Asociación Europea de la Enfermedad de Parkinson (EPDA) estima que más de 6 millones de personas en el mundo padecen de Parkinson. 

Si bien es una condición que tiene mayor impacto entre la población senil, existen casos de diversos grupos etarios. Es por ello que la información y la atención de las señales de alerta que emite nuestro cuerpo ante este u otros trastornos o patologías es vital.  

Sembremos conciencia para cosechar empatía  

 

Referencias 

  1. Asociación Parkinson Elche (s.f.). Proyecto de atención integral a personas afectadas por la enfermedad de párkinson y sus familias de Elche. https://parkinsonelche.es/proyecto-de-la-asociacion/  
  2. Asociación Parkinson Madrid (s.f.). DEFINICIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. https://www.parkinsonmadrid.org/el-parkinson/el-parkinson-definicion/  
  3. DíaInternacionalDe.com (s.f.) Día Mundial del Parkinson. https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-parkinson  
  4. Organización Panamericana de la Salud (2006). Trastornos neurológicos: Desafíos para la salud pública. [Documento en línea]. https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2008/Trastornos_Neurologicos.pdf  
  5. Parkinson’s Foundation (s.f.). 10 Signos de Alerta Temprana. https://www.parkinson.org/espanol/10signos  
  6. Parkinson’s Foundation (s.f.). Diagnóstico y Tratamiento. https://www.parkinson.org/espanol/diagnostico