Conmemoramos el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino destacando la importancia de la detección temprana y la prevención de esta enfermedad. En un esfuerzo por abordar los factores de riesgo relacionados, hacemos un llamado a realizarse la pesquisa del VPH

En conmemoración del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, nos unimos a la lucha global contra esta enfermedad que afecta desproporcionadamente a las mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de los nuevos casos de cuello uterino resultan en muerte.

– Este es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con una incidencia estimada de 604 000 nuevos casos y 342 000 muertes en 2020.
– Las tasas más elevadas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino se dan en los países de ingreso bajo y mediano. Esto refleja grandes desigualdades que obedecen a la falta de acceso a los servicios nacionales de vacunación contra el VPH y de cribado y tratamiento del cáncer de cuello uterino, así como a determinantes sociales y económicos.

Se trata de un tipo de cáncer que tiene se origina, en gran medida, por una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH). El virus del papiloma humano (VPH) es una infección común de transmisión sexual que puede afectar a la piel, la zona genital y la garganta.

Casi todas las personas sexualmente activas la contraerán en algún momento de su vida, por lo general sin mostrar síntomas. En la mayoría de los casos, el sistema inmunitario elimina el VPH del organismo. La infección persistente por el VPH de alto riesgo puede provocar la aparición de células anormales, que se acaban convirtiendo en cáncer.

En relación a las enfermedades de transmisión sexual y su vinculación con el cáncer, la OMS agrega que “las mujeres con VIH tienen seis veces más probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino que las mujeres sin VIH”.

Las mujeres deben acudir a un profesional de la salud si notan:

– Sangrado inusual entre periodos, después de la menopausia o después de mantener relaciones sexuales.
– Flujo vaginal abundante o maloliente.
– Dolor persistente en la espalda, las piernas o la pelvis.
– Pérdida de peso y apetito.
– Cansancio persistente.
– Molestias vaginales.
– Hinchazón de las piernas.

Y aunque no noten síntomas, de igual manera es importante que se realicen su chequeo anual, porque tanto el VPH como el cáncer de cuello uterino son, en gran medida, asintomáticos.

En línea con nuestro compromiso integral con la salud, hacemos un llamado urgente a la comunidad a realizarse la pesquisa para el VPH. La detección temprana es fundamental para acceder a tratamiento y cuidado adecuados, mejorando así la calidad de vida de quienes viven con esta condición.

Como una ONG dedicada a brindar servicios de salud de calidad, reconocemos la importancia de la prevención y detección temprana.

El cáncer de cuello uterino es prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Por eso, instamos a todas las mujeres a hacerse la prueba de Papanicolaou regularmente y tanto a mujeres como hombres a vacunarse contra el virus del papiloma humano (VPH). No hay límite de edad ni sexo para colocarse la vacuna.

De acuerdo con información compartida por la OMS, para el 2023 existían seis vacunas contra el VPH disponibles en todo el mundo. Todas ellas protegen contra los tipos 16 y 18 del VPH de alto riesgo, responsables de la mayoría de los cánceres de cuello uterino, y han demostrado ser seguras y eficaces para prevenir la infección por VPH y el cáncer de cuello uterino.

En AVESSOC creemos en el poder de la prevención y la educación para transformar vidas. Únete a nosotros en esta importante lucha por la salud y el bienestar de nuestra comunidad.

¡Juntos podemos salvar vidas!