Cuando hablamos de violencia, nos referimos a aquella conducta que se realiza de manera consciente, a propósito, para generar algún tipo de daño a otra persona (víctima); mientras que cuando nos referimos a la palabra género, desde un punto de vista sociológico, hablamos del conjunto de características diferenciadas que cada sociedad le asigna a hombres y mujeres. Es decir, cuando hablamos de género, hablamos de “los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiados para hombres y mujeres”.
La violencia basada en el género (VBG) es un término que utilizamos para describir los actos perjudiciales cometidos en contra de una persona, como consecuencia de las diferencias que determinada sociedad le asigna a hombres y mujeres. Hoy en día, esta expresión la utilizamos, principalmente, como una forma de poner en relieve la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas ante las diversas formas de violencia, al ser discriminadas solo porque son mujeres.
En la actualidad, podemos identificar ocho tipos de VBG, los cuales son:
- Física
- Psicológica
- Sexual
- Económica
- Patrimonial
- Social
- Vicaria
- Obstétrica
¿Cuáles son las causas de la VBG?
En general, las podemos encontrar en las raíces sociales arraigadas a la desigualdad entre hombres y mujeres, generando así estereotipos, prejuicios y roles de género, los cuales ponen a la mujer por debajo del hombre en todos (o casi todos) los aspectos de su vida. Por otra parte, muchas veces el victimario actúa para mantener el poder y dominar a otra persona.
¿Qué consecuencias trae la VBG?
La Violencia Basada en Género trae consigo múltiples consecuencias y efectos demoledores en las víctimas, especialmente a nivel:
- Físico: puede producir lesiones serias, capaces de llevar a la incapacitación, al coma o incluso a la muerte.
- Psicológico: produce miedo, que muchas veces lleva a que la víctima deje de denunciar por el temor a que no va a ser apoyada o a las posibles repercusiones para ella o sus seres queridos; también produce culpa e incluso puede llevar a que la víctima crea que la violencia es normal o que la merece, entre otras.
El Violentómetro
Es una escala/instrumento creado por el Fondo de Poblaciones de la Naciones Unidad (UNFPA) y la Defensoría del Pueblo y que nos permite ubicar las diferentes manifestaciones de violencia, para así evaluar el peligro en el que se encuentran una persona dentro de una relación.
Este tiene 3 escalas, que son:
- ¡Ten cuidado!: indica que la violencia está presente y aumentará cuando hay acciones como:
- Celar/vigilar; ofender, gritar
- Humillar; descalificar/ridiculizar, denigrar
- Intimidar; perseguir/acosar; amenazar
- Chantajear; controlar (amistades, apariencia, actividades, otros)
- ¡Reacciona!: indica que debes pedir ayuda cuando hay acciones como:
- Dominar/prohibir
- Destruir o quitar artículos personales; empujar
- Privar de medios económicos (alimentos, dinero, otros) /sacudir
- Amenazar con quitar los hijos; cachetear
- Caricias violentas/manosear; aislar
- ¡Tu vida está en peligro!: indica que debes enfrentar la situación para salvarte cuando se presentan situaciones como:
- Obligar a consumir alcohol o drogas; encerrar
- Obligar a tener relaciones sexuales; amenazar con objetos o armas
- Amenaza de muerte; golpear/patear
- Herir/lesionar; desfigurar/mutilar
- Inducción al suicidio
- Asesinar
Si nos encontramos en una situación de violencia, ¿qué debemos hacer?
Una vez identificada la situación, lo primero que debemos hacer es buscar apoyo en nuestras redes cercanas: familia, amigos y/o vecinos. Lo importante es saber que no estamos solos en esta lucha y debemos informarle a alguien de confianza.
Busca apoyo psicosocial en las instituciones que acompañan a las víctimas de violencia basada en género, como las pertenecientes a la Red Naranja. En Venezuela existen distintas organizaciones que trabajan estas situaciones y brindan apoyo a la víctima, además de asesorías, según cada caso. Investigar cuáles son y acudir a ellas, marcará otra diferencia significativa.
Por último, es crucial que se denuncie el acto o la situación de violencia vivida. Podemos recurrir al Ministerio Público, a prefecturas y jefaturas civiles, órganos de Policía, así como a unidades de Comando Fronterizo.
Sin importar lo intimidante que pueda ser la circunstancia que se está atravesando, no podemos guardar silencio ni pasar por alto este tipo de acciones. Ayudemos difundiendo información de interés para la prevención de estas y las medidas a tomar si se presentan; no estamos solos.
El amor no es violento, nunca lo olvides