Mantener la unidad y la red de apoyo, no dejar que el autoritarismo calle las voces y continuar la exigencia y la lucha por los derechos humanos en medio de un ambiente de gran represión, son parte de los grandes retos exhibidos en el foro Conversemos sobre los desafíos de la Venezuela de 2021, organizado por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).
El evento, transmitido vía Zoom, contó con la participación de las ONG Cáritas, Transparencia Venezuela y Provea, la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes; el director del Centro de Estudios Políticos y Gobierno (Cepyg-UCAB), Benigno Alarcón; así como palabras de inicio y cierre del rector de la UCAB, José Virtuoso.
Virtuoso subrayó que se ciernen gran cantidad de amenazas sobre la sociedad civil en la actualidad, traducida en acoso, cercenamiento, intentos de control, y que la gran estrategia desde el poder, asegura, es dividir.
De allí que las distintas organizaciones y movimientos, afirma, deben fortalecer la esperanza, trazar nuevas estrategias y evaluar cómo seguir avanzando en beneficio de la democracia y de los más vulnerables.
“La situación política es tremendamente compleja, se está cerrando el espacio democrático cada vez más. Hay que generar un gran movimiento social para rescatar el derecho a vivir en democracia que no es más que restablecer el estado de derecho, la posibilidad de la convivencia, poner la Constitución por encima, rescatar el derecho a elegir y a la participación, la libertad de expresión. La sociedad civil tiene que empoderarse por esa lucha por la construcción de la democracia”, expresa.
El sacerdote aludió al nuevo llamado a diálogo que se hace desde la Asamblea Nacional elegida el 6 de diciembre, para advertir que el diálogo y la negociación siempre son bienvenidos, siempre y cuando impliquen acuerdos concretos. Recuerda que la larga lista de violaciones a los derechos humanos están allí y que las conversaciones deben arrojar soluciones concretas.
“Eso exige pasar al acuerdo efectivo e inmediato. Las negociaciones sectoriales, todas deben tributar al fin mayor, que es la recuperación de la vida democrática y del estado de derecho. No habrá derecho al trabajo sino hay una recomposición de la economía y de la institucionalidad del país, no habrá respeto a los DDHH si no hay confianza”, sostiene.
Contexto de ataques
Como preámbulo, los comunicadores, expertos en redes sociales y activistas de DD. HH. Naky Soto y Luis Carlos Díaz hicieron un balance del contexto de ataques contra el trabajo de las ONG por estar vinculadas a programas de ayuda humanitaria y medios informativos digitales independientes, por recibir financiamiento internacional para realizar su trabajo.
“Los medios digitales que sobreviven como pueden, han sufrido visitas de uniformados, allanamientos, incautaciones, bloqueos, creación de noticias falsas., igual las ONG. El financiamiento es un derecho, es una tendencia que no cambiará”, advierte Soto.
Sostienen que si a la crisis se le suma la represión, sitúan a Venezuela en un ambiente difícil para lograr acuerdos y recuperar la democracia.
Benigno Alarcón igualmente apuntó que el Índice de Democracia 2020, Venezuela ocupa el puesto 143, lo cual quiere decir que está entre los 50 países, más autoritarios del mundo. Se pasó del puesto 97 en 2013 a 140 a 2019 y 143 2020, incluso superando a países como Rusia y Cuba y a muy pocos puestos de China e Irán.
“El año pasado la represión se concentró en los partidos políticos y hubo intervenciones (a través del TSJ), desalojaron a sus directivos naturales y les confiscaron las tarjetas. Al mismo tiempo se desarrollaba un diálogo con la mediación de Noruega y partidos minoritarios de oposición” apunta.
Indica que para este año se estima un escenario similar pero extendido a la sociedad civil y al sector empresarial, las ONG y medios de comunicación. Mientras, indica, se llama a un diálogo para negociar con unos y presionar a otros.
“Si reprimen a uno, nos reprimen a todos”
Sobre el mismo llamado a diálogo, la Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (Avessoc) y directora de Cáritas Los Teques, María José González, también alerta que mientras se llama a diálogo la represión contra las organizaciones civiles aumenta. Esto en alusión a la detención de miembros de Azul Positivo (con medida de casa por cárcel desde este 10 de febrero) y ataques a medios de información independientes.
“Es el momento de estar unidos, por los más pobres, más vulnerables. Si reprimen a uno nos reprimen a todos, si allanan a uno, allanan a todos, no podemos retroceder . La esperanza tiene que ser una actitud constante, no creer que todo está perdido. Solos somos más débiles, debemos tener una agenda en común” recalca.
Recuerda que si las organizaciones no hacen su trabajo la población vulnerable, en la que más impacta la emergencia humanitaria, es la más afectada. Resalta que las ONG, entre ellas Cáritas han hecho esfuerzos por dar una respuesta a las necesidades de la gente de escasos recursos.
Además, señala, levantan información estadística, algo que debería hacer el Estado para formular políticas públicas y que organismos internacionales como Naciones Unidas encuentran en la sociedad civil, a interlocutores válidos para hacer llegar ayuda humanitaria.
Se necesitan “miles de voces”
Durante su intervención, la periodista Luz Mely Reyes, en representación de Efecto Cocuyo, coincidió con la necesidad de la unidad en el seno de la sociedad civil y de los defensores derechos humanos en Venezuela. Asegura que la mejor contención frente al autoritarismo en buscar apoyo y soporte dentro de la misma red de organizaciones y responder como un todo.
“Parte de la estrategia de los regímenes autoritarios es generar división, desinformar, acallar las voces disidentes, teniendo conciencia de eso debemos responder. Desde los medios independientes, la mejor forma es una hacer más y mejor periodismo y generar un sistema de capacitación constante, necesitamos miles de voces que puedan narrar lo que sucede en Venezuela”, aseguró.
Indicó que la garantía de que haya justicia en un futuro es la documentación periodística y ciudadana de lo que está ocurriendo en Venezuela en materia de DD. HH., pues a partir de lo registrado habrá elementos para solicitarla.
“Cada persona está pagando un alto precio por cumplir su deber, lo pagan los venezolanos, cada ONG, cada periodista, trabajadores universitarios y una de las formas de avanzar es generar toda esta recopilación de información en alianzas” plantea.
Liderazgo político erosionado
En representación de Provea, su coordinador general Rafael Uzcátegui afirma que si por un lado desde Miraflores se ha logrado erosionar el liderazgo de la clase política, eso no puede pasar con la sociedad civil, que tiene un rol que cumplir en el rescate de la democracia.
“La clase política debe reflexionar sobre cómo recomponerse, pero la sociedad civil continúa esa ofensiva por el rescate de la democracia. Hay esfuerzos por vernos fragmentados, pero debemos trabajar para que no logren construir una sociedad civil no beligerante, debemos pensar como responder de una forma diferente sin debilitarnos”, plantea.
Señala que la unidad efectiva también pasa por respetar la diversidad, luchar porque los activistas de DD. HH. permanezcan en el país, mantener el acompañamiento a los sectores vulnerables y seguir emitiendo alertas ante la comunidad internacional.
Combatir la desinformación
Mercedes De Freitas, directora de Transparencia Venezuela, añade el combate a la desinformación, que también es una estrategia que se usa muy bien desde el poder político para dividir, así como el diseño de protocolos especiales de protección contra las modalidades de represión y medir reacciones para responder a los ataques de la mejor manera.
Resalta que una de las fortalezas de la sociedad civil y de las ONG es la larga experiencia acumulada en materia de realizar el trabajo en un contexto adverso, se debe aprender de ello y entender que una sola organización no puede lograr la defensa del espacio público sino como un todo.
“Debemos conectarnos con el país. La sociedad civil tiene un papel y buena parte es la de facilitador, hay cosas que debemos exigir, coherencia y respeto para todos, fortalecer el espacio para la política. Los políticos deben actuar con base a principios, que pongan al país y a los venezolanos primero, no olvidarnos en la macolla, que la lucha no sea por el poder, sino por tener resultados”, dice.
Fuente: https://efectococuyo.com/politica/unidad-alzar-la-voz-y-lucha-por-dd-hh-desafios-de-la-sociedad-civil-para-2021/